El bueno de José

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Hace años leí un artículo muy apropiado para estas fechas. Creo que era de Antonio Gala, y creo que en un dominical. Como no lo consigo encontrar, ahí va la esencia del cuentito.

La narración buscaba las razones que podría tener José para aparecer siempre triste en las representaciones. Y daba vueltas a la más común, aquella por la que los más pillos asociaban la tristeza al hecho de no ser realmente el padre del niño; es decir, a su condición de padre putativo. A que no era el padre biológico, sino el atribuído, vamos.

O sea, que a pesar de que acató la orden divina, y de que cuidó de María y del niño con esmero: les alimentó y bien le enseño la profesión; en realidad la pena le abatía y no la podía esconder. Así pues, la razón de la tristeza podía ser que, en el fondo, le apenaba no haber podido ser el padre real.

Pero Gala, o quien fuera el autor del cuento, proponía otra explicación. Apuntaba que quizá la tristeza de José se debía a otra razón. A una posibilidad que casi nunca nadie se plantea. A que José hubiera preferido una niña.