Dimecres passat 15 de febrer havia de venir Antoni Rodríguez Fornells, investigador ICREA a l’Idibell per parlar de la plasticitat del cervell. Volíem que ens parlés dels canvis en el seu funcionament segons l’ús que se li dóna.
A primera hora del matí va escriure dient que era malalt, que no podia parlar. I, és clar, un ponent ha de parlar. Així que vaig tirar mà d’una bona amiga, que també és molt bona comunicadora. Lourdes Fañanas, professora i investigadora a la UB ens podia també parlar de la plasticitat del cervell des del punt de la malaltia mental. I de moltes altres coses.
I Lourdes, d’origen pirenaico-occidental, té un molt bon castellà. És la tercera vegada que participa en un café. Només hi ha hagut una altra persona que ha repetit en Josep Maria Gili, qui va fer el segon café científic parlant sobre l’Oceà Antàrtic i va tornar per parlar-nos dels boscos dels oceans. És norma de la casa de no repetir ponents. Diverses raons ho justifiquen. Però també és veritat que el coneixement d’un científic no te l’acabes mai.
Mente
La mente es el conjunto de facultades cognitivas que engloban procesos como la percepción, el pensamiento, la conciencia, la memoria. Así pues, Lourdes nos aclara que la realidad es una construcción de nuestra mente. Y que, como animales sociales, la mirada del otro sobre nosotros, nos conforma. Tiene poder curador o sanador. La mente, emerge del cerebro.
Cerebro
El cerebro es la base física de la mente y la estructura que centraliza las actividades neuronales del organismo.
Nuestro cerebro evoluciona a lo largo de la vida. Al nacer, nuestro cerebro tiene la posibilidad de establecer el máximo de sinapsis, está en fase glutamatérgica, el neurotransmisor de la excitabilidad, que predomina en fases tempranas, porque promueve la actividad, el descubrimiento… Todo es posible ahora. Niños y adolescentes no piensan en el futuro, están centrados en el ahora. Con la edad, el sistema neurológico humano se equilibra con el neurotransmisor gaba, inhibidor. Entre otros.
Al año de edad, cada uno tiene su forma de ser. El equilibrio hipotálamo–hipófisis–adrenal ya ha perfilado los grandes dominios de su temperamento. Ahora bien, a lo largo de la evolución de las personas, el temperamento, con la integración de la cultura, da lugar a la personalidad.
Caracteres
El carácter es la forma en la que una persona reacciona frente a las situaciones dadas. El carácter histérico muestra un rasgo de la personalidad que teatraliza, es histriónico. Llama la atención entre el drama y la tragedia. El neurótico, en cambio, ansioso, inseguro, miedoso, consciente de que su rasgo puede ser irracional (por no tomar un ascensor, un avión), puede hacer de su rasgo una fuente de ingresos, como ha hecho Woody Allen.
Plasticidad
El primer humano de nuestro género, Homo habilis, se caracterizó por tener un gran cerebro y unas manos libres, estos dos instrumentos le permitieron la transformación del entorno. Y esta transformación modificó la cultura y esta de nuevo al cerebro.
Con un accidente puede haber rotura de las fibras que unen las distintas partes del cerebro.
Durante mucho tiempo se creyó que las neuronas no se reproducían, ahora se ha visto que sí, que en algunos lugares del cerebro quedan células embrionarias, que pueden crecer y madurar. Sin embargo, otra posibilidad permite al cerebro cambiar y evolucionar frente a alguna carencia: las espinas dendríticas; cuanto más se trabaja una zona del cerebro, más se desarrollan las espinas que pueden establecer conexión con otras neuronas y compensa otras carencias.
Enfermedad mental
La enfermedad mental no se localiza en ninguna parte del cerebro, a diferencia de las enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad, como es el caso del Alzheimer, el Parkinson o los cuerpos de Levi, que sí presentan lesiones anatómicas localizadas en zonas del cerebro.
A pesar de ello, sí se han detectado algunos cambios anatómicos con las nuevas técnicas de imagen. Una de las enfermedades mentales más comunes es la depresión, cuyo primer síntoma es la anhedonia, la incapacidad para expresar placer. Tras una depresión instaurada, el hipocampo parece reducir su tamaño: parece que las neuronas del hipocampo pierden sinapsis, ya que el cortisol segregado por un estrés sostenido las daña.
Un buen tratamiento psiquiátrico reconduce a la normalidad.
Otro tipo de trastorno son obsesivo-compulsivos, en los que no suele existir una conciencia de enfermedad. Algunos se manifiestan por un seguimiento estricto de la normativa, cuya rigidez de comportamiento puede ser patológica. Romper de vez en cuando las normas es un síntoma de salud mental.
Las adicciones también son patología. No todos los consumidores son adictos, solamente un 10 ó un 15% tienen una alta vulnerabilidad. Tampoco es lo mismo una adicción en un cerebro joven o maduro. Es mucho más grave en el cerebro en formación de un adolescente, porque en pleno desarrollo está desprotegido: las conexiones inmaduras són más vulnerables. Todos tenemos un revólver en el cerebro, se trata de no ponerlo a prueba.
Las psicopatías son otras enfermedades mentales, trastornos antisociales de la personalidad. Se ha detectado una relación epidemiológica familiar; pero aunque existen genes de vulnerabilidad, no siempre se manifiesta; algunos factores, como la protección familiar son protectores frente al desarrollo de la enfermedad. Virginia Wolf y su familia, todos mostraban carácteres patológicos en diferente escala.
Algunas psicopatías provocan alucinaciones, percepciones sin objeto, y delirios, ideas que el cerebro construye para explicar su realidad; le permite convivir con la alucinación. Lourdes no deja hablar a sus alumnos de un enfermo “esquizofrénico”. Promueve el término “persona que ha sufrido una crisis”. El 20% de las personas que las han sufrido, no la repiten.
Los efectos de una psicopatía grave varían según el lugar en que se encuentre la persona, que puede hacer más o menos daño. Un narcisista psicopático, dedicado a la autocomplacencia y a la irritabilidad, con una notable falta de empatía y dificultades para querer, no es lo mismo que sea el tendero de la esquina o el presidente de un poderoso país.
En algunos momentos cruciales el cerebro se comporta de manera diferente. Un caso explicado fue el diferente comportamiento de los pasajeros del Titanic frente a los del Lusitania. Este último se hundió en veinte minutos y fue el sálvese quien pueda.
Resumiendo: Lourdes recomienda no juzgar respetar el lugar en que ha nacido cada uno y dónde ha evolucionado su cerebro: un amerindio amazónico tiene una orientación espacial excepcional aunque no sepa leer o escribir. Y recomienda confiar en el sistema médico si aparece una patología.
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